Ai Weiwei, artista plástico chino

1678711912_dsc_003000Debo admitir que cuando leí la noticia en estos días que un artista chino de renombre había llenado las piscinas del pabellón Mies van Rohe de leche y café sentí que un rechazo inmediato. Pensé en lo absurdo que se está convirtiendo el mundo de las artes, en la pobreza del ingenio y,  quizás por razones de edad, en que extraordinarios fueron muchos artistas pasados…

Les copio el concepto detrás de esta exposición:

«Desde el 10 de diciembre, el Pabellón Mies van der Rohe será objeto de una intervención que reflexionará sobre la utilización de los edificios y la concepción que tenemos de ellos como espacios únicos e inalterables. El artista Ai Weiwei, uno de los más destacados del arte contemporáneo chino, y también uno de los más polémicos, llenará las piscinas del pabellón con dos elementos muy habituales en nuestra vida cuotidiana, pero totalmente ajenos en una construcción arquitectónica: el agua de las piscinas, una exterior y otra interior, será sustituida, respectivamente, por leche y café.

Según explica el mismo artista, “mi intervención incide como en el metabolismo de un ser vivo […]. En realidad, el edificio no es inalterable: el agua de las dos piscinas se vacía y se llena sin que el público lo perciba”. En efecto, parece que el Pabellón Mies van der Rohe está siempre quieto, pero no es así, y Ai Weiwei propone una reflexión entorno a esta quietud aparente: “Mantener las condiciones correctas para la leche y el café es como tener cuidado de un ser vivo: requiere un esfuerzo para preservarlos de la luz, unas constantes.” En definitiva, las dos piscinas se llenarán con 65 toneladas de leche y 15 toneladas de café, que estarán al aire libre

Ai Weiwei

Ai Weiwei

Me vino a la cabeza la obra de  Damien Hirst, uno de los artistas mejor pagados del momento o muchas de las obras expuestas como arte conceptual que francamente me inspiran el profundo deseo de  quedarme en casa leyendo un buen libro.

Y sin embargo, hoy leo la entrevista que le hicieron al artista chino Ai Weiwei , a cargo de Ima Sanchís de la Vanguardia y que les copio a continuación. Es impactante leer la vida que ciertas personas se llevan a cuesta. Este artista habla de sus dieciocho años viviendo en un agujero. Cada uno de ellos le quitó años de vida a decir por su aspecto que,  lejos de ser el de un hombre de 52 años, parece el de un venerable anciano. Sus denuncias sobre las violaciones de los derechos humanos en China son para agregar a la ya larga lista de los horrores llevados a cabo por ese régimen.

Ai Weiwei, artista, precursor del arte contemporáneo chino y activista
«Durante dieciocho años viví en un agujero, bajo tierra»
IMA SANCHÍS  – 16/12/2009
Tengo 52 años. Nací y vivo en Pekín tras pasar 12 años en Nueva York. Estoy casado y tengo un hijo de otra relación. Estudié cine y arte. Mi política es luchar por la libertad individual. Creo que la vida es un misterio y hay más de lo que podemos llegar a pensar y sentir
Cómo le afectó el terremoto de Sichuan (2008)?
Me hizo partícipe de una tragedia humana de la que yo también fui víctima.
¿En qué sentido?
Al intentar esclarecer la verdad fui presa de la represión y la brutalidad del Gobierno chino, que consideraba la catástrofe y sus víctimas como secreto de Estado.
¿Qué ocurrió?
Los ciudadanos nos organizamos para investigar y dar nombre a las víctimas. Creé un blog con la lista de las víctimas (nombre, edad, domicilio). Cuando las autoridades lo cerraron había más de 5.000 nombres, la mayoría niños. Así todo el mundo se enteró de la tragedia.
… Pero le partieron el cráneo.
Sí, fui a testificar a Sichuan en el juicio de uno de los activistas. Diez voluntarios y yo nos hospedábamos en un hotel y a las tres de la madrugada la policía irrumpió, nos apaleó y nos retuvo hasta que terminó el juicio. Mi amigo fue condenado.
Denunciarían a los agresores…
Sí, pero el Gobierno negó lo ocurrido. Un mes después, estando en Munich inaugurando Lo siento,me desmayé. Tenía un derrame cerebral. Me operaron a vida o muerte.
Lo siento,¿qué es lo que siente?
Cuando fui a visitar la zona del seísmo me impresionó ver carteras de niños desparramadas por todas partes. El montaje del Haus der Kunst consiste en 5.000 mochilas de niño que juntas forman una frase: «Vivió feliz en este mundo durante siete años».
¿Quién pronunció esa frase?
Durante un año cientos de voluntarios trabajamos en la zona para recabar datos. Los que hablaron fueron represaliados. Una madre que había perdido a su hija, y que no aceptó la indemnización, me dijo esa frase.
¿Por qué el Gobierno quería silenciar lo ocurrido?
Construyeron escuelas en toda china con fallos estructurales y materiales de baja calidad, así que se vinieron abajo. Y siguen derrumbándose. La corrupción es flagrante.
Su padre ya fue un represaliado.
Era poeta, estudió en París, lo consideraban un burgués. Cuando nací, nos enviaron a toda la familia a un campo de trabajo, donde vivimos 16 años. Mi padre era el encargado de limpiar las letrinas de todo el pueblo.
¿Qué recuerda?
Vivíamos en un agujero, bajo tierra, y los aldeanos nos insultaban. Todos nos despreciaban, los niños no querían jugar conmigo.
¿Qué le hizo artista?
Yo quería escapar, tener mis propias ideas y estar solo, y eso me lo brindaba el arte. A los 18 años salí de allí. Era la primera vez que veía una ciudad, Pekín, donde se podía respirar la tristeza fruto de la represión; pero la gente sólo se ocupaban de sus pequeñas vidas. Los amigos que hice en la universidad fueron encarcelados por ser demócratas.
Y decidió irse a Nueva York.
Sí, allí viví 12 años. El mundo del arte me pareció muy cerrado, corporativo, no encontré mi lugar. Regresé a China cuando mi padre enfermó.
Ha expuesto usted en la Bienal de Venecia, la Documenta de Kassel…
Me costaba acostumbrarme a las fiestas y a aquel modo de vida; de hecho, no hice mi primera exposición hasta el 2004. Nueva York es una ciudad muy interesante, con muchas personas luchando, pero yo todavía no estaba preparado.
¿Cómo se ganaba la vida?
Limpiaba casas, hacía de jardinero, de pintor de brocha gorda… Quería vivir el arte del momento, hasta que conocí la obra de Duchamp y entendí que el arte era una actitud mental más que una cuestión de producir.
¿Eso le cambió?
Sí. Era buen estudiante pero abandoné antes de diplomarme, y tampoco obtuve el pasaporte norteamericano cuando tuve la oportunidad. Amí lo que me gustaba era estar solo y sin objetivo, eso me daba libertad.
Rompió un jarrón de la dinastía Han…
Quería fotografiar el momento en el que se hacía pedazos. De hecho rompí dos, porque con el primero no pude captar ese instante.
¿Otro jarrón de 2.000 años?
Sí, yme sentí mal. Pero el arte está más allá de esa división entre el bien y el mal. Era una manera de liberarme de mis propios gustos, de mi forma subjetiva de pensar.
¿Qué ha aprendido de la vida?
Yo soy muy naif. Para mí la vida sigue siendo un misterio, y para ir vislumbrando cachitos hay que actuar en ella. Yo entiendo la vida como un regalo, la obtenemos de forma ciega y la perdemos de forma ciega, y, entre medio, tenemos tiempo y personas; pero al final todos somos olvidados, no dejamos de ser una diminuta mota de polvo.
¿Usted qué quiere contar?
Mi arte es el estudio de mi propio paso por el mundo: el momento cultural que he vivido, las condiciones políticas, mi manera de entender. El arte es una manera de conocer el mundo y a la gente que nos rodea.
En China es usted un artista perseguido, ¿por qué sigue ahí?
Antes de morir, mi padre me dijo: «Esta es tu casa, haz lo que debas».
Críptico.
Entendí que no podía darme por vencido viendo la situación de China, había que sacar a la luz la brutalidad del Gobierno contra la sociedad. Yo puedo expresarme, pero hay millones que no pueden, y creo que mi arte puede ayudarles.

Ai Weiwei, artista, precursor del arte contemporáneo chino y activista

«Durante dieciocho años viví en un agujero, bajo tierra»

IMA SANCHÍS  – 16/12/2009, La Contra, La Vanguardia

lvg200912160641lb.pdfTengo 52 años. Nací y vivo en Pekín tras pasar 12 años en Nueva York. Estoy casado y tengo un hijo de otra relación. Estudié cine y arte. Mi política es luchar por la libertad individual. Creo que la vida es un misterio y hay más de lo que podemos llegar a pensar y sentir

Cómo le afectó el terremoto de Sichuan (2008)?

Me hizo partícipe de una tragedia humana de la que yo también fui víctima.

¿En qué sentido?

Al intentar esclarecer la verdad fui presa de la represión y la brutalidad del Gobierno chino, que consideraba la catástrofe y sus víctimas como secreto de Estado.

¿Qué ocurrió?

Los ciudadanos nos organizamos para investigar y dar nombre a las víctimas. Creé un blog con la lista de las víctimas (nombre, edad, domicilio). Cuando las autoridades lo cerraron había más de 5.000 nombres, la mayoría niños. Así todo el mundo se enteró de la tragedia.

… Pero le partieron el cráneo.

Sí, fui a testificar a Sichuan en el juicio de uno de los activistas. Diez voluntarios y yo nos hospedábamos en un hotel y a las tres de la madrugada la policía irrumpió, nos apaleó y nos retuvo hasta que terminó el juicio. Mi amigo fue condenado.

Denunciarían a los agresores…

Sí, pero el Gobierno negó lo ocurrido. Un mes después, estando en Munich inaugurando Lo siento,me desmayé. Tenía un derrame cerebral. Me operaron a vida o muerte.

Lo siento,¿qué es lo que siente?

Cuando fui a visitar la zona del seísmo me impresionó ver carteras de niños desparramadas por todas partes. El montaje del Haus der Kunst consiste en 5.000 mochilas de niño que juntas forman una frase: «Vivió feliz en este mundo durante siete años».

aiweiwei_working_lg¿Quién pronunció esa frase?

Durante un año cientos de voluntarios trabajamos en la zona para recabar datos. Los que hablaron fueron represaliados. Una madre que había perdido a su hija, y que no aceptó la indemnización, me dijo esa frase.

¿Por qué el Gobierno quería silenciar lo ocurrido?

Construyeron escuelas en toda china con fallos estructurales y materiales de baja calidad, así que se vinieron abajo. Y siguen derrumbándose. La corrupción es flagrante.

Su padre ya fue un represaliado.

Era poeta, estudió en París, lo consideraban un burgués. Cuando nací, nos enviaron a toda la familia a un campo de trabajo, donde vivimos 16 años. Mi padre era el encargado de limpiar las letrinas de todo el pueblo.

¿Qué recuerda?

Vivíamos en un agujero, bajo tierra, y los aldeanos nos insultaban. Todos nos despreciaban, los niños no querían jugar conmigo.

¿Qué le hizo artista?

Yo quería escapar, tener mis propias ideas y estar solo, y eso me lo brindaba el arte. A los 18 años salí de allí. Era la primera vez que veía una ciudad, Pekín, donde se podía respirar la tristeza fruto de la represión; pero la gente sólo se ocupaban de sus pequeñas vidas. Los amigos que hice en la universidad fueron encarcelados por ser demócratas.

Y decidió irse a Nueva York.

Sí, allí viví 12 años. El mundo del arte me pareció muy cerrado, corporativo, no encontré mi lugar. Regresé a China cuando mi padre enfermó.

Ha expuesto usted en la Bienal de Venecia, la Documenta de Kassel…

Me costaba acostumbrarme a las fiestas y a aquel modo de vida; de hecho, no hice mi primera exposición hasta el 2004. Nueva York es una ciudad muy interesante, con muchas personas luchando, pero yo todavía no estaba preparado.

Foto 3. Ai Weiwei Water Melon, 2007, porselein 2¿Cómo se ganaba la vida?

Limpiaba casas, hacía de jardinero, de pintor de brocha gorda… Quería vivir el arte del momento, hasta que conocí la obra de Duchamp y entendí que el arte era una actitud mental más que una cuestión de producir.

¿Eso le cambió?

Sí. Era buen estudiante pero abandoné antes de diplomarme, y tampoco obtuve el pasaporte norteamericano cuando tuve la oportunidad. Amí lo que me gustaba era estar solo y sin objetivo, eso me daba libertad.

Rompió un jarrón de la dinastía Han…

Quería fotografiar el momento en el que se hacía pedazos. De hecho rompí dos, porque con el primero no pude captar ese instante.

¿Otro jarrón de 2.000 años?

Sí, yme sentí mal. Pero el arte está más allá de esa división entre el bien y el mal. Era una manera de liberarme de mis propios gustos, de mi forma subjetiva de pensar.

¿Qué ha aprendido de la vida?

Yo soy muy naif. Para mí la vida sigue siendo un misterio, y para ir vislumbrando cachitos hay que actuar en ella. Yo entiendo la vida como un regalo, la obtenemos de forma ciega y la perdemos de forma ciega, y, entre medio, tenemos tiempo y personas; pero al final todos somos olvidados, no dejamos de ser una diminuta mota de polvo.

¿Usted qué quiere contar?

Mi arte es el estudio de mi propio paso por el mundo: el momento cultural que he vivido, las condiciones políticas, mi manera de entender. El arte es una manera de conocer el mundo y a la gente que nos rodea.

En China es usted un artista perseguido, ¿por qué sigue ahí?

Antes de morir, mi padre me dijo: «Esta es tu casa, haz lo que debas».

Críptico.

Entendí que no podía darme por vencido viendo la situación de China, había que sacar a la luz la brutalidad del Gobierno contra la sociedad. Yo puedo expresarme, pero hay millones que no pueden, y creo que mi arte puede ayudarles.

No lo doblegaron














Ha llenado las piscinas del pabellón Mies van der Rohe de leche y café. Es uno de los artistas más destacados del arte contemporáneo chino y el más polémico. Activista de los derechos humanos en China, su blog tiene 12 millones de seguidores. Vivió 18 años en un campo de reeducación con su familia y luego huyó a Nueva York, pero no empezó a exponer, obras realizadas diez años atrás, hasta el año 2004. Participó junto a los suizos Herzog & De Meuron en el diseño del estadio Nido de Pájaro para los JJ. OO. de Pekín (2008), pero no acudió a la inauguración por considerarlos un espectáculo de propaganda del régimen. Hace una foto de mi mano sujetando la grabadora mientras le entrevisto.nido de pajaro, pekin