
Palau listo para recibir a la Bartoli

Programa en mano...
Tuvimos la suerte de ir al concierto de Cecilia Bartoli en el Palau de la Música Catalana el miercoles 22/4/2009. Las entradas fueron compradas con mucha anticipación. Con muchísima anticipación. La presencia de esta artista causa siempre mucha expectativa y las entradas tienden a agotarse pronto.

María Malibran
El año pasado había venido a la misma sala y trajo el programa dedicado a María Malibran, soprano del siglo antepasado de origen español y a quien Bartoli no sólo le ha dedicado un CD bellísimo sino es la creadora del Museo Malibrán con más de 200 objetos de o relacionados con esta historica cantante y que la Bartoli a expuesto en un gran camión adaptado para la faena, llevandolo en sus giras.
Pero en esta ocasión, Bartoli trajo un programa dedicado al bel canto, muy intimo, acompañada por el pianista Sergio Ciomei, un joven pianista genovés con quien mantiene un intenso diálogo musical durante todo el concierto.
Bartoli: el arte al desnudo
La diva italiana volvió a deslumbrar al Palau con un repertorio belcantista y guiños españoles
Lo primero que impacta y seduce en la Bartoli es su simpatía: siempre

Cecilia Bartoli
sonrie, es intensa, se divierte , juega con la música, la transmite. Y lo que enamora es que siempre es así: la he escuchado en entrevistas, la vi firmando autógrafos al final del concierto, … Siempre con una bella sonrisa en su boca, graciosa, amable…
El programa :
CECILIA BARTOLI, mezzosoprano
SERGIO CIOMEI, piano
Velada Rossiniana
I. GIOACCHINO ROSSINI (1792-1868)
La regata veneziana (canciones en dialecto veneciano)
I. Anzoleta avanti la regata
II. Anzoleta co passa la regata
III. Anzoleta dopo la regata
II. VINCENZO BELLINI (1801-1835)
L’Abbandono
Il fervido desiderio,
Vaga luna
La Farfalletta
III. VINCENZO BELLINI
Dolente immagine,
Malinconia ninfa gentile
Ma rendi pur contento
GIOACCHINO ROSSINI
Or che di fiori adorno
IV.- GIOACCHINO ROSSINI
L’Esule
Canzonetta spagnuola
La danza
V.- GAETANO DONIZETTI (1797-1848)
Il barcaiolo
Amore e morte
La conocchia (Canción napoletana)
GIOACCHINO ROSSINI
Beltà crudele
GAETANO DONIZETTI
Me voglio fà ‘na casa (Canción napoletana)
VI GIOACCHINO ROSSINI
Ariette à l’ancienne
L’Orpheline du Tyrol,
La grande coquette
VII PAULINE VIARNOT (1821-1910)
Havanaise
Hai luli!
MANUEL DEL PÓPULO VICENTE GARCÍA (1775-1831)
Yo que soy contrabandista
MARIA MALIBRAN (1808-1836)
Rataplan
Les copio una de las reseñas que aparecieron en la prensa.
CÉSAR LÓPEZ ROSELL
EL PERIÓDICO-BARCELONA
Cecilia Bartoli volvió a conquistar al Palau. Un año y medio después del recital dedicado a María Malibrán con la orquesta La Scintilla, regresó con el repertorio belcantista que le ha dado tantos éxitos. Seductora, comunicativa y con las agilidades vocales de su aterciopelado timbre en forma impuso el poder de su arte desnudo con el único apoyo del pianista Sergio Ciomei.
Y eso que no todo estuvo a favor de la diva. El público se empeñó en aplaudir todas las canciones del programa, rompiendo la estructura de bloques. Así ocurrió con la primera de La regata veneziana de Rossini, y aunque Ciomei unió las siguientes para frenar la tendencia, no lo consiguió. Otro factor en contra, y que pone de relieve el pésimo aislamiento acústico del Palau, fue oír el sonido de unas castañuelas procedente de la calle.
Pero nada de eso arredró a la mezzo italiana. Luciendo un vestido azul índico, en la primera parte, y un radiante blanco, en la segunda, se adueñó del escenario con sus recursos vocales y dramáticos.
Todos los estados de ánimo aparecieron en este intenso recital de 29 piezas. El abandono, el deseo, el dolor y la poética del amor desfilaron con las canciones de Bellini, rematadas con la preciosa Malinconia…y Ma rendi pur contento. Rossini volvió para demostrar que, si viviera hoy, escribiría para Cecilia. Exhibición con Or che di fiori adorno y con la nostalgia de L’essule, un himno del exilio. La vibrante Canzonetta spagnuola y la rítmica La danza entusiasmaron al público que abarrotaba la sala. Las entradas se habían agotado hacía meses, como suele ocurrir.
El balanceo de Il barcaiolo, la dramática Amore e morte y dos napolitanas dieron paso a Donizetti. Volvió Rossini con Beltá crudelle, Ariette a l’ancienne, la canción L’orpheline… llena de giros tiroleses y la insinuante La grande coquette.
Havanaise de Viardot nos acercó al Caribe, y Yo que soy contrabandista, interpretada con castañuelas, palmas, taconeos y amagos de baile, y Rataplán pusieron el guiño español. Dos canciones de Curtis y otras de Montsalvatge cerraron la gala. Ya hay lista de espera para su concierto con Händel. Tratándose de ella, no es para menos.