He tenido la fortuna de viajar a China en varias ocasiones. Las últimas dos fueron a Xi´an -ciudad de guerreros de barro y mercado de musulmanes- y Beijing.
Tengo sensaciones muy vivas de estos últimos dos viajes porque tuve unos anfitriones maravillosos- Henry y su encantadora esposa Celina- quienes me mimaron y me llevaron a todos los lugares donde ellos suelen ir (estaban de novios en aquella época y me tocó el papel de mami moderna o quizás de abuelita…). Me divertí muchísimo y conocí lugares que nunca hubiese visto.
Me sorprendió la modernidad de la vida diaria; amé mas que nunca su maravillosa comida; me sentí pequeñisima en aquellas ciudades enormes y la sola idea de perderme en ellas me paralizaba del miedo.