El lenguaje y la visión del mundo

lenguajeUna fascinantes consideraciones sobre evolución y lenguaje. La primera que me impacta es poner en palabras claras la idea de como el hombre ha siempre buscado la vida  fuera de la tierra como una simple proyección de su propia existencia. Siempre me han exasperado las series de viajes espaciales donde se muestran  civilizaciones de los otros planetas – con una antena más o con una piel más aspera o pegostosa- comportándose identicamente a la humana. ¡Que originalidad la de los productores!. Las mujeres de las estrellas mas remotas se maquillan, andan en minifalda; hay celos intergalacticos y los malos llevan gorra y barba… Viéndonos solamente el ombligo será muy difícil identificar al otro.

El concepto de condicionamiento que la lengua materna ejerce en nuestro modo de ver el mundo es fascinante. Un artículo genera un género que a su vez define la manera en la cual vemos y percibimos los objetos que nos rodean. Las falta o exceso de vocábulos para definir conceptos básicos (números, relaciones interfamiliares,…) son el reflejo de que somos y como nos comportamos en sociedad.

Les recomiendo la lectura de esta entrevista que realizó el brillante y ocurrente  Lluis Amiguet para la Contra de la Vanguardia.

James Hurford, experto en el origen del lenguaje humano; catedrático de Lingüística «Hay vida ahí afuera, pero no como la conocemos»

LLUÍS AMIGUET  – 21/08/2009, La Vanguardia

J. Hurdford

J. Hurdford

Tengo 67 años, pierdo memoria y la única ventaja de envejecer es el descuento en el autobús. Nací en Inglaterra. Soy ateo: también hay bondad fuera de la religión y en toda fe tolerante. Nuestra lengua materna condiciona nuestra visión del mundo, pero podemos trascenderla


Me preocupa que, cuando exploramos la existencia de vida en otros planetas, sólo consideremos la posibilidad de que sea vida como la nuestra, basada en el oxígeno y el agua.

¿Por qué le preocupa?

Porque esa búsqueda sólo es una cómoda proyección de nosotros mismos. Y porque hemos demostrado que somos capaces de superar nuestro marco mental y concebir formas de existir diferentes de la nuestra.

Vidas sin oxígeno ni agua.

Vida, pero no tal como la conocemos.

Creí que usted era lingüista.

Y lo soy: he dedicado mi vida a estudiar cómo aprendimos a hablar y cómo hablamos.

¿Qué tiene que ver eso con la vida extraterrestre?

Mucho. La gran pregunta para mí es si hablar una determinada lengua te impone también indefectiblemente un modo de ver y entender el mundo…

Es una tesis.

Si fuera cierta, un hablante inglés no sería capaz de entender el mundo de los indígenas australianos…

No sé si le sigo.

Benjamin Whorf lo explicó de otro modo: la lengua materna no sólo te impone un modo de entender la realidad, sino que te está encerrando en él. Para Whorf, si eres de lengua materna catalana, por ejemplo, jamás acabarás de entender del todo – comulgar plenamente-a un hablante español o ruso.

¿Y está usted de acuerdo?

No. Whorf trabajó con indios hopi y descubrió entusiasmado que los hopi se habían adelantado a Einstein en su cosmovisión reflejada en el hopi. Para ellos, el tiempo y el espacio estaban – como para Einstein-intrínsecamente relacionados y por ello utilizan el mismo verbo – intraducible-para explicar que recorren una distancia en el tiempo y en el espacio.

Los hopis están aquí cerquita de ayer y viven un poquito tarde del pueblo.

En cualquier caso, mi objeción a Whorf es: si él hablaba inglés y, por tanto, estaba encerrado en el marco mental inglés: ¿cómo fue capaz de trascender su lengua materna y captar y describir la cosmogonía hopi?

¿Y usted qué ha descubierto?

Yo creo que tu lengua materna condiciona tu modo de ver el mundo, pero no te encierra en ella sin remisión. Podemos superar como individuos ese marco mental que nos impone la lengua colectiva y concebir y entender otros modos de ver el mundo. Por eso creo que aunque nuestra vida terrestre necesite agua y oxígeno, también podríamos llegar a concebir otras formas de vida.

¿Hasta qué punto nos condiciona la lengua materna la percepción del mundo?

En alemán, el puente en realidad es «la» puente (Die brücke)…

Aquí hay una ministra a la que preocupa mucho el género de las palabras.

Los experimentos demuestran que cuando se le pide la descripción de un puente a un alemán, suele alabar su gracilidad y belleza, mientras que los hispanohablantes se refieren, en cambio, a su fortaleza y solidez.

¿Y…?

De algún modo, el género en este caso no te encierra del todo en una cosmovisión, pero la condiciona hasta cierto punto.

¿Hay lenguas más primitivas que otras?

Existe una lengua primitiva,una lengua aborigen australiana que no distingue la numeración. Para ellos, en el mundo hay uno, dos y muchos… Y ya está.

No pagan hipotecas: está claro.

Pero tienen palabras específicas para grados de parentesco tan sofisticadas que nosotros ni sospechamos que existan, como la hermana del primo segundo que en relación con fulano sería su «recontrasuegracuñada»…

Necesitan parientes pero no números.

No es que la lengua aborigen sea menos sofisticada que el inglés, sino que se ha especializado en los aspectos de la realidad importantes para que la tribu se adapte al entorno: reforzar la cooperación y sobrevivir.

Si sólo hablas una lengua, ¿te pierdes otros modos de ver el mundo?

Desde luego, pierdes oportunidad de ver más allá del tuyo, pero aun así puedes, sin saber otra lengua, trascender el marco mental que te impone la tuya propia.

Y cuando una lengua desaparece, ¿también se pierde un modo de ver el mundo?

No tanto como el nacionalismo lingüístico ha enfatizado, puesto que la persona es capaz de superar de forma individual el marco mental que le impone su lengua materna, así que habría tantos modos potenciales de ver el mundo como seres pensantes.

¿Que el inglés sea la lengua universal nos empobrece o nos ahorra problemas?

Creo que en algunos campos como la ciencia es práctico, pero en otros, como las ciencias sociales y la humanística, el inglés como lengua única empobrece nuestra visión de la realidad e impone en parte un único modo de concebir las realidades sociales.

¿Existe un pensamiento animal?

Los etólogos lo reivindican sin empacho y yo también lo creo. Los animales pueden categorizar hasta cierto punto el tiempo y el espacio, pero su limitación está en el eco conceptual. Sólo un humano es capaz de utilizar antes referido al espacio y – de algún modo-entender que antes también se puede aplicar al tiempo.

Esforzado «catanglish»
Cualquiera que se haya peleado con el inglés para explicarse con un nativo sabe cómo pueriliza hasta la exasperación la búsqueda de la palabra exacta o, al menos, algo para salir del paso. Hurford, tras disertar con brillantez en la Obra Social de La Caixa, me contempla divertido y cómodo mientras trato de formularle en su lengua una pregunta compleja, pero la sensación de que, al chapurrear otro idioma, te conviertes en bebé o idiota me temo que la comparte quien te escucha. Por eso, cuando al fin balbuceo algo coherente, percibo en la mirada de Hurford una sorpresa, equivalente al «¡vaya!, si este chico piensa!». Y después, insiste en las bondades de aprender a hablar muchos idiomas.