Esta noticia que apareció en la Vanguardia el fin de semana sobre la hazaña de la vaca turca Gülsüm es de antología. Turquía es uno de esos países donde el culto a la personalidad hace que cada pared, cada folleto, cada revista, plaza, libro de texto, escuela y oficina, muestre el retrato de su líder Ataturk, antiguo presidente muerto en 1938, con un bagaje que incluye reformas que tuvieron gran impacto social y una limpieza étnica que acabó con la vida de más de 800 000 armenios.
Estos cultos no traen nada bueno: la figura paterna inexistente hace que una figura sea más tarde sustituída por otra.
A esta personaje omnipresente turco le han rendido culto últimamente el papá Ratzinger, Hillary Clinton,…

Gülsüm camuflageada de árbol para esconderse de la policía turca
Menos la vaca Gülsüm quien -paseándose por el patio de una escuela en Anatolia- tropezó y destrozó una estatua de Ataturk. De repente Turquía , tal y como ocurrió en el cuento del «Traje del Emperador», se quedó muda por unos instantes…
La serie de eventos que transcurren a partir del acto terrorista vacuno dan lugar a varias conjeturas:
Gülsüm desaparece por 4 días después del incidente. Cabe recordar que en Turquía atentar contra una estatua del Atatuk puede costar entre uno y cinco años de cárcel. ¿Donde estaba Gülsüm? ¿Será que se escondía de la policía , mientras pasaba el revuelo causado por su acción criminal?? o quizás ¿Estaría sequestrada por la policía e interrogada bajo tortura para confesar la premeditación de su fechoría???
Pienso que al final esta es la opinión que tiene Gülsüm de todo este asunto…

Qué opina Gülsüm sobre los cultos a las personalidades
HISTORIAS DEL MUNDO
Una vaca se ha convertido en una celebridad por haber derribado un busto de Atatürk en la escuela de un pueblo de Anatolia Central; su leche y su queso se pagan más
La vaca que derribó a Atatürk
RICARDO GINÉS – Estambul. Servicio especial
DELITO: Atentar contra una estatua de Atatürk puede costar de uno a cinco años de cárcel
GUERRA DE ESTATUAS A finales de los noventa la imagen del ‘padre de la patria’ rivalizó con los símbolos del islam
Se llama Gülsüm y es una vaca. El precio de su leche y su queso se ha multiplicado por tres en los últimos días, y ahora todo el mundo que puede quiere fotografiarse con ella. Procedente del pequeño pueblo de Kadirusagi, en la provincia de Malatya, en el centro de Anatolia, Gülsüm se ha hecho famosa en Turquía en un par de días, y todo por dejar hecha pedazos, a comienzos de este mes, una estatua de Mustafa Kemal, Atatürk, el célebre padre de todos los turcos.
En el colegio de primaria de este pueblo, como en todas las escuelas turcas, es obligatorio tener un busto dedicado al fundador – y primer presidente-de la República de Turquía.
Su ex propietaria, Gül Kilinc, alega en favor del rumiante que todo se trata de una casualidad, que no hubo nada intencional en su acción. «Se nos escapó cuando iba a pacer, como todos los días. Después me enteré por los colegiales de que había derribado la estatua de Atatürk», declaró Kilinc, que admitió estar muy apenada por lo ocurrido.
Las autoridades, ávidas de preservar y fomentar la memoria del fundador, han interrogado casi a la totalidad de los lugareños por si las moscas. En su intento de reconstruir lo acaecido, la Dirección Nacional de Educación ha comenzado una investigación exhaustiva.
Mientras tanto, la res pasó varios días de esta semana en paradero desconocido. Ahora se encuentra en un pueblecito vecino y tiene un nuevo propietario, ÖmerAtes, que se muestra encantado con ella. «Gülsüm ha aumentado tres veces de valor. Antes vendían su queso por 6 liras, ahora lo hacemos por 15. No creo que vaya a venderla», declaró Ates. Y no es de extrañar, puesto que el rostro de Gülsüm ha aparecido numerosas veces en la televisión.
«Cuando empezó la investigación tuvimos miedo y decidimos deshacernos de ella. Pero ahora me arrepiento de haberla vendido», se lamentaba la antigua dueña, Kilinc.
Y todo porque atentar contra el recuerdo de Atatürk no sólo está mal visto en Turquía sino que está tipificado como delito en el Código Penal. En un artículo, el número 5.816, se recoge de manera concreta que quien atente de diversas formas contra la imagen de Atatürk convertida en estatua tendrá que pagarlo con una pena privativa de libertad de uno a cinco años.
La efigie de Atatürk es omnipresente en Turquía. A finales de los años noventa el número de sus imágenes creció de forma exponencial debido a su uso como freno al auge islamista. Por esas fechas, los símbolos del islam se habían convertido también, para muchos de sus adeptos, en parte de un emergente mercado de consumo. Como reacción, el laicismo kemalista introdujo imágenes de Atatürk en prácticamente todas las esferas de la vida pública.
Las más frecuentes son aquellas que lo muestran como soldado o como estadista, así como las de una persona riendo, conversando y bebiendo alcohol, es decir, cercana a las inquietudes del pueblo. Por de pronto, la estatua de yeso destrozada en Kadirusagi será reemplazada por otra de un material más recio. «A mi juicio, Gülsüm nos ha mostrado algo importante: aquel que derriba estatuas aumenta de valor», observó, no sin faltar a la ironía, el periodista y escritor de éxito Ahmet Altan.