La ambiguedad como valor

Cui Jian, autor de ´Rock´n´roll de la Larga Marcha´, el disco más vendido de la historia de China
«O me pongo límites o me los pone el partido»
Tengo 48 años: soy buey. Nací en un cuartel de Pekín a salvo del hambre y la represión política. Tengo una hija: me enseña mucho. El problema del rock en China va más allá de la política: es que a los orientales nos cuesta expresarnos como individuos. Colaboro con Casa Àsia
LLUÍS AMIGUET
Mi padre era trompetista del Ejército Rojo, así que pasamos muchas menos penalidades que los demás durante la revolución cultural: vivíamos aislados en el cuartel.
¿Podía oír rock allí?
No, pero no lo sabía. Éramos hijos de los triunfadores de la revolución y estábamos muy orgullosos. Escuchábamos música militar y óperas, y pensábamos que esa era toda la música posible y popular.
¿Cuándo oyó pop por primera vez?
Las autoridades dejaron primero que entrara la música clásica con orquestas de países comunistas, Chaikovski y cosas así; después, algunas bandas musicales de películas y, por fin, a mediados de los 80, pude oír un disco de Kenny Rogers, Andy Williams…
¿Le conmovió?
Me conmovió escuchar a los grandes del pop y descubrir que lo popular no era lo que habíamos estado oyendo. Escuchar música occidental nos permitió comparar y cuestionar lo que oíamos. Así empecé a componer.
¿Escribía las canciones que quería o las que creía que le dejarían cantar?
China no es Occidente. China es un sistema de partido único…
Lo sabemos. ¿Eso le condiciona?
Tienes límites.
¿Qué límites?
Si no los pones tú, los pone el partido, pero mi rock no puede reducirse a un problema de censura: es mucho más complejo.
«Quiero darte mis sueños / Quiero darte mi libertad / ¿Cuándo vendrás conmigo?». Es una de sus letras: ¿es política?
No busco hacer política, sino la complicidad de la gente. Podría componer canciones que buscaran problemas con el Gobierno y otras que dijeran lo mismo de otro modo, pero lo que no puedo es traicionarme.
¿Qué sería traicionarse?
Mire, yo conozco a mi público y sus gustos. La ambigüedad tiene un valor estético: permite a la gente dar el significado que quiere a una canción. Si yo sólo dijera negro sobre blanco lo que pienso, millones de personas no se identificarían con esa canción. En la penumbra se ve más que a mediodía.
¿En qué sentido?
Si cierras el mensaje de una canción, también se cierra el público.
Eso dicen los poetas.
Haga la prueba: escriba una canción, un poema, y vuelva a leerlo al cabo de un tiempo: si es demasiado explícito no le proporcionará ningún placer la segunda vez que lo lea.
¿Le gusta cómo ha cambiado China?
Es más rica; la mayoría son más ricos hoy que antes y eso es una forma de libertad también. Es verdad que hay zonas campesinas en el Oeste donde sigue sin haber ninguna riqueza. Son pobres, muy pobres, pero al menos el tren de la riqueza está en marcha. Cualquier tren debe empezar en algún sitio.
¿Podría haber cantado un Bob Dylan chino en la plaza Tiananmen?
No.
¿Se pone usted algún límite en el contenido erótico de sus canciones?
Un pobre periodista que me entrevistó en una emisora del Gobierno fue despedido porque hablamos de mi canción The space,sobre una masturbación masculina…
Un fenómeno universal.
… Pero otros hacen una lectura política de la misma canción.
¿Y usted?
A mí me preocupa la mayoría de las cosas que leo sobre la nueva China en Occidente: sólo están escritas partiendo del miedo.
Cierto.
Si el mundo fuera un zoo, ustedes verían a China como un oso que ha crecido tanto, que ha roto la jaula y pide sitio para sentarse con ustedes a la mesa del bar. Les damos miedo, pero creo que sólo queremos ser admitidos como un país más.
¿La ambigüedad no es cobardía?
Vamos a ver: Oriente no es Occidente. Y el problema que tengo con el rock and roll no es sólo la política, sino el de siglos y siglos de no expresarnos como individuos.
El rock es sobre todo la expresión de la libertad individual y el goce de compartirla, y eso es universal: el buen rock hace vibrar a cualquier ser humano en el fondo de su ser.
Es energía en cualquier parte.
El rockero aquí proclama: «Esta es mi energía», y la expresa y comparte y hace mejores a todos. Pero el problema del rock con la audiencia china es que esa energía individual no la liberamos: nos cuesta mucho…
¿Por qué?
De alguna manera nos parece que ser tan individualistas y demostrarlo es algo… ¡feo! Poco sociable. Es nuestra cultura y filosofía. Yo puedo apreciarlo porque soy rockero y he aprendido a expresarme en Occidente.
Habla usted un excelente inglés.
Los occidentales saben expresar esa energía que yo sí siento y expreso cuando hablo, follo, bailo, me muevo… ¡Canto! Pero los chinos se la guardan para sí mismos…
Si hiciera política con mis canciones, no sería yo. Si me metiera con el partido, sería muy famoso en España, pero soy chino, y tengo también un equipo y he de tocar no sólo un concierto, sino el resto de mi vida, porque me gusta el rock que hago.
Y a muchos aquí también.
Gracias. Aquí no me conoce nadie, pero voy a seguir siendo sincero.
06_01_29_yentocensor-xLeer este artículo de un músico chino que solamente a partir de los 20 años de edad  pudo escuchar otra música que no fuera una marcha militar o una ópera china, es cuanto menos desconcertante. Pero en esta entrevista a cargo de Lluis Amiguet, trasluce nuevamente el elemento de la ambigüedad como valor en la cultura China. Es el decir pero no querer decir. Este personaje  comenta, y como! , sobre la represión en su país pero nos recuerda una y otra vez que “Oriente no es Occidente” y que el discurso explícito no va con él. Ni con el mundo chino. Es un rasgo casi milenario. Ante un “¿Qué hora es?”, la respuesta de un oriental es algo así como. “El momento en el que los nenúfares abren sus botones y el canto del grillo recuerda el amanecer tardío…”
BokChinaCensorshipPara Jian, los cambios en China se miden en yuanes, las expresiones personales son mal vistas, desde la época de los emperadores donde sólo podía pensar la corte hasta la revolución cultural, donde piensa sólo el establishment (nunca mejor ejemplificado que con la sustitución de imágenes en la entrada a la ciudad prohibida: la cara del emperador fue descolgada para poner la de Mao) …
Welcome to China!
Entrada a la ciudad prohibida. Foto personal , 2007

Entrada a la ciudad prohibida. Foto personal , 2007

Cui Jian, autor de ´Rock´n´roll de la Larga Marcha´, el disco más vendido de la historia de China

Tengo 48 años: soy buey. Nací en un cuartel de Pekín a salvo del hambre y la represión política. Tengo una hija: me enseña mucho. El problema del rock en China va más allá de la política: es que a los orientales nos cuesta expresarnos como individuos. Colaboro con Casa Àsia

LLUÍS AMIGUET, La Vanguardia, 26/9/2009
Mi padre era trompetista del Ejército Rojo, así que pasamos muchas menos penalidades que los demás durante la revolución cultural: vivíamos aislados en el cuartel.
¿Podía oír rock allí?
No, pero no lo sabía. Éramos hijos de los triunfadores de la revolución y estábamos muy orgullosos. Escuchábamos música militar y óperas, y pensábamos que esa era toda la música posible y popular.
¿Cuándo oyó pop por primera vez?
Las autoridades dejaron primero que entrara la música clásica con orquestas de países comunistas, Chaikovski y cosas así; después, algunas bandas musicales de películas y, por fin, a mediados de los 80, pude oír un disco de Kenny Rogers, Andy Williams…
¿Le conmovió?
Me conmovió escuchar a los grandes del pop y descubrir que lo popular no era lo que habíamos estado oyendo. Escuchar música occidental nos permitió comparar y cuestionar lo que oíamos. Así empecé a componer.
¿Escribía las canciones que quería o las que creía que le dejarían cantar?
China no es Occidente. China es un sistema de partido único…
Lo sabemos. ¿Eso le condiciona?
Tienes límites.
¿Qué límites?
Si no los pones tú, los pone el partido, pero mi rock no puede reducirse a un problema de censura: es mucho más complejo.
«Quiero darte mis sueños / Quiero darte mi libertad / ¿Cuándo vendrás conmigo?». Es una de sus letras: ¿es política?
No busco hacer política, sino la complicidad de la gente. Podría componer canciones que buscaran problemas con el Gobierno y otras que dijeran lo mismo de otro modo, pero lo que no puedo es traicionarme.
¿Qué sería traicionarse?
Mire, yo conozco a mi público y sus gustos. La ambigüedad tiene un valor estético: permite a la gente dar el significado que quiere a una canción. Si yo sólo dijera negro sobre blanco lo que pienso, millones de personas no se identificarían con esa canción. En la penumbra se ve más que a mediodía.
¿En qué sentido?
Si cierras el mensaje de una canción, también se cierra el público.
Eso dicen los poetas.
Haga la prueba: escriba una canción, un poema, y vuelva a leerlo al cabo de un tiempo: si es demasiado explícito no le proporcionará ningún placer la segunda vez que lo lea.
¿Le gusta cómo ha cambiado China?
Es más rica; la mayoría son más ricos hoy que antes y eso es una forma de libertad también. Es verdad que hay zonas campesinas en el Oeste donde sigue sin haber ninguna riqueza. Son pobres, muy pobres, pero al menos el tren de la riqueza está en marcha. Cualquier tren debe empezar en algún sitio.
¿Podría haber cantado un Bob Dylan chino en la plaza Tiananmen?
No.
¿Se pone usted algún límite en el contenido erótico de sus canciones?
Un pobre periodista que me entrevistó en una emisora del Gobierno fue despedido porque hablamos de mi canción The space,sobre una masturbación masculina…
Un fenómeno universal.
… Pero otros hacen una lectura política de la misma canción.
¿Y usted?
A mí me preocupa la mayoría de las cosas que leo sobre la nueva China en Occidente: sólo están escritas partiendo del miedo.
Cierto.
Si el mundo fuera un zoo, ustedes verían a China como un oso que ha crecido tanto, que ha roto la jaula y pide sitio para sentarse con ustedes a la mesa del bar. Les damos miedo, pero creo que sólo queremos ser admitidos como un país más.
¿La ambigüedad no es cobardía?
Vamos a ver: Oriente no es Occidente. Y el problema que tengo con el rock and roll no es sólo la política, sino el de siglos y siglos de no expresarnos como individuos.
El rock es sobre todo la expresión de la libertad individual y el goce de compartirla, y eso es universal: el buen rock hace vibrar a cualquier ser humano en el fondo de su ser.
Es energía en cualquier parte.
El rockero aquí proclama: «Esta es mi energía», y la expresa y comparte y hace mejores a todos. Pero el problema del rock con la audiencia china es que esa energía individual no la liberamos: nos cuesta mucho…
¿Por qué?
De alguna manera nos parece que ser tan individualistas y demostrarlo es algo… ¡feo! Poco sociable. Es nuestra cultura y filosofía. Yo puedo apreciarlo porque soy rockero y he aprendido a expresarme en Occidente.
Habla usted un excelente inglés.
Los occidentales saben expresar esa energía que yo sí siento y expreso cuando hablo, follo, bailo, me muevo… ¡Canto! Pero los chinos se la guardan para sí mismos…
Si hiciera política con mis canciones, no sería yo. Si me metiera con el partido, sería muy famoso en España, pero soy chino, y tengo también un equipo y he de tocar no sólo un concierto, sino el resto de mi vida, porque me gusta el rock que hago.
Y a muchos aquí también.
Gracias. Aquí no me conoce nadie, pero voy a seguir siendo sincero.
2008-05-01 the Internet in China Great Firewall 550
Cui Jian

Cui Jian

«O me pongo límites o me los pone el partido»