La relación de Hungría y Catalunya a través de sus princesas

img220El Museu d ´História de Catalunya ha abierto una nueva exposición (7/5-2/8/2009): Princeses de terres llunyanes, Catalunya i Hongria a l edat mitjana  (Princesas de tierras lejanas: Cataluña y Hungría en la Edad Media). Una hermosa muestra donde la distancia  entre estos dos países – cuanto más si se piensa que se trata de la Edada Media- se reduce gracias a la presencia de estas 4 mujeres, cada de las cuales, en maneras distintas, deja una huella en la historia de las dos naciones.

Llama la atención que estas mujeres fueron educadas como sus hermanos: para ser regentes , para gobernar.  Distintamente a lo que pudiera pensarse, estas princesas eran preparadas para la eventualidad de tener que dirigir una nación. Eran bien educadas, eran estrategas, cultas,…

Costanza de Aragón (1179-1222) es hija de Alfonso I el Casto. Es casada por su madre ( a pesar de la oposición del padre) con Emerico de Hungría para crear alianzas con este reinado. Queda pronto viudad y además se le muere su pequeño hijo Ladislao, sucesor del trono. LAs dificultades en las relaciones con el hermano de Emerico hacen que Constanza deje Hungría para no volver. Se casa en segundas nupcias con Federico I de Sicilia, u nhombre 15 años más joven que ella. El matrimonio será exitosos y Constanza ejercerá como consejera y tutora del marido quien es finalmente coronado emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.

Violante de Hungría (1216-1251), perteneciente a una generación más tardía a la de Constanza. Sobrina de Emerico, se casará con Jaume I el Conquistador, sobrino de Constanza. Todo indica que los dos esposos viven enamorados el uno del otro. Tiene 10 hijos e hijas que serán fundamentales peones de jugadas políticas. Violante se ocupará de los asuntos diplomáticos , patrocinará iglesias y monasterios.  Al morir, será enterrada en vallbona les Monges (provincia de Lleida). Otro legado de importancia es el nuevo modelo de santidad aristocrática : el de su hermanastra Santa Isabel de Hungría. Su hija Violante se casará con Alfonso X el sabio.

Beatriz de Aragón (1457-1508) hija del rey de Nápoles, se cas en primeras nupcias con Matías Corvino de Hungría. Mujer culta y, al igual que su marido, amantes del arte renascimentista italiano, trajeron a su corte artistas y crearon un a biblioteca importantísima llamada Biblioteca Corviniana.  No tuvo descendencia. Con la muerte de su esposo, se casa con el aspirante al trono, Vladislao de Bohemia, que la repudia. Beatriz regresa a su Nápoles natal, devastada por la guerra  y donde su familia ha sido destronada por Fernando el Católico.

María de Habsburgo (1505-1558) es hija de Felipe el Hermoso y Juana La Loca, nieta de los Reyes Católicos. Su hermano, el emperador Carlos V la casa con Luis II de Hungría para tejer alianzas contra el imperio Otomano. Fue muy querida por el pueblo húngaro a pesar de ser extranjera. Al acercarse cada vez más los turcos, María pide ayuda a su hermano Carlos. La victoria tuca es aplastante y en esa guerra muere su marido Luis. 

Viuda a los 21 años, su hermano Carlos la coloca como gobernadora de los Paises Bajos. Durante los 24 años que dur{o su gobierno, los Paises Bajos vivieron en prosperidad y tranquilidad como nunca antes. se encargará también de la regencia de la corona de España por dos años. 

Al morir sus hermanos Carlos y Leonor, entra en una profunda melancolía y fallece poco después. 

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REPORTAJE

 

Silla de montar (Hungría 1420-1440)

Silla de montar (Hungría 1420-1440)

 

Princesas de aquí para allá

 

Una exposición aborda la diplomacia matrimonial en la Edad Media

 

JACINTO ANTÓN – Barcelona – 08/05/2009

Cuatro princesas viajeras que se casaron y devinieron reinas en otro país, cuatro peripecias extraordinarias -algunas muy tristes-, cuatro momentos del medioevo en los que se entrecruzan, mucho antes de Kubala, los destinos de la remota Hungría y la corona catalano-aragonesa, a través de la diplomacia matrimonial. Ése es el hilo conductor de la exposición Princesas de tierras lejanas. Cataluña y Hungría en la Edad Media, un sugerente recorrido entre espadas de hierro, doncellas, voivodas, reliquias, pergaminos, esculturas y tesoros, inaugurada ayer en el Museo de Historia de Cataluña, en Barcelona, donde puede visitarse hasta el 2 de agosto (luego se verá en Budapest).

La muestra, que revisa cinco siglos de cambios en el papel de la mujer y la reina, tiene una importante dimensión política y el Gobierno catalán la entiende especialmente -usando la diplomacia de las princesas no menos que las cortes medievales- como un instrumento de proyección internacional y una forma de estrechar lazos con Hungría. La cosa, en todo caso, no empezó amistosamente: el primer contacto de los húngaros con las tierras catalanas, recuerda la exposición, fue una ratzia en 942 de los magiares paganos contra los condados carolingios que los llevó hasta las murallas de Lleida y en el curso de la cual arrasaron muchas iglesias.

Las cuatro princesas en que se centra la exposición son Constanza de Aragón, casada con Emerico de Hungría; Violante de Hungría, casada con Jaume I; Beatriz de Aragón, casada con Matías Corvino (Hunyadi) -el hijo del gran guerrero Janos Hunyadi, en el que se inspiró el personaje de Tirant lo Blanc- y, en menor medida, María de Habsburgo, nieta de Fernando II de Aragón, casada con Luis II de Hungría (caído en la batalla de Mohacs).

Más de dos centenares de valiosas piezas, procedentes de museos de toda Europa y de EE UU, componen la muestra, que incluye objetos sensacionales, como una silla de montar húngara de marfil -decorada con relieves de escenas de amores cortesanos-, un relicario de coral rojo del siglo XIV, joyas de la tumba del rey Bela III (siglo XII), armas de los primeros magiares llegados a la cuenca del Danubio en el siglo IX, o el cáliz de oro de Matías Corvino coronado por su emblemático cuervo. Con todo, la pieza más relevante es la pintura sobre madera que se considera un retrato -el único coetáneo- de Jaume I y que procede de Montpelier. En la pequeña tabla aparece el rey a caballo en una escena de caza, con un halcón en la mano y precedido por un lancero que sopla un olifante. En otra tabla más desconcertante, una dama toma un pene de un árbol del que cuelgan como frutos otros muchos.

De entre las princesas, a las que se entregaba muy jovencitas, el caso de Violante es especial: parece que hasta hubo amor entre la descendiente de los Arpad y Jaume I. Beatriz de Aragón fue denostada en Hungría como extranjera. Las cuatro materializan aquella sentencia histórica: «Los reinos que a otros dona Marte, a ti Venus te los otorga».

Hungría y Catalunya en la edad media

Princesas viajeras

TERESA SESÉ – Barcelona  – 10/05/2009

 

Princeses de terres llunyanes. Catalunya i Hongria a l´edat mitjana Barcelona. Museu d´Històriade Catalunya. Pl. Pau Vila, 3. Tel. 93-225-47-00 

www. mhcat. net Hasta el 2 de agosto

 

En la exposición Princeses de terres llunyanes, inaugurada el jueves en el Museu d´Història de Catalunya, pintura medieval aparece Bernat Roc haciendo cabriolas con su magnífico caballo, mientras su prometida, Beatriz de Conques, hija de una de las familias más influyentes de Montpellier, entretiene la espera en palacio recogiendo de un extraño árbol frutos con forma de pene. La tabla, una joya del Musée Languedocien de Montpellier – recién llegada junto al único retrato coetáneo de Jaume I, un jovencísimo Conqueridor a caballo en una escena de caza, con un halcón en la mano, melena rizada al viento y mejillas encendidas-,ilustra bien el meollo de la muestra: las estrategias matrimoniales en la edad media, origen de intensas e inesperadas relaciones como las que establecieron Hungría y Catalunya entre los siglos XII y XVI. 

 

Damas y trovadores.

 

 La exposición ha sido organizada conjuntamente con el Museo Nacional de Hungría (en septiembre se verá en Budapest) y, de entrada, vale decir que la perspectiva es original. Porque aquí las protagonistas son ellas, las princesas que viajaron a lugares remotos con sus lujosas cortes, decenas de damas de compañía y trovadores, para convertirse en reinas, y cuyas historias – nada que ver con las de los cuentos: educadas desde niñas para ser reinas, se casaban entre los 13 y los 19 años-son evocadas a través de más de 200 valiosas piezas procedentes de colecciones y museos de Europa y EE. UU. desde armas de los primeros magiares y cruces rusas de origen vikingo a relicarios de coral rojo (al parecer los ponían sobre la mesa durante los banquetes, con la creencia de que si había veneno cerca se pondrían azules), diminutas joyas infantiles, coronas funerarias, pergaminos, aguamanos y hasta una sensacional silla de montar de marfil. 

 

A la búsqueda de esposas. 

 

¿Por qué Catalunya y Hungría, en uno de los momentos más esplendorosos de su historia, deciden entrecruzar sus destinos? «La Iglesia, sobre todo a partir del papa Inocencio III, en el siglo XIII, extrema la prohibición de casarse entre personas con algún grado de consanguinidad, con lo cual se reduce drásticamente el círculo de candidatos matrimoniales y empiezan a buscarlos cada vez más lejos», apunta Ramon Sarobe, documentalista de la exposición, que recomienda encarecidamente no adentrarse en ella sin detenerse en la primera sala, donde se muestra la primera incursión de los húngaros en Catalunya – y que no auguraba nada bueno: una razzia en 942 de los magiares paganos contra los condados carolingios, que arrasó iglesias a su paso y no se detuvo hasta chocar de frente con las murallas de Lleida, por aquel entonces ciudad andalusí. 

 

Manual de la buena reina. 

 

En el interior de unas vitrinas, entre auténticos tesoros de bibliófilo, hay una obra de Antonio Cornazzano (1432-1484), escrita especialmente para Leonor de Aragón, con recomendaciones sobre el comportamiento y la manera de regirse de una buena reina: ser generosa con los súbditos, aprender las costumbres y la lengua del nuevo país… Leonor aparece aquí únicamente de esta manera tangencial, pero sí está su hermana, la influyente Beatriz de Aragón, casada con Matías Corvino, hijo del guerrero Janos Hunyadi, que inspiró nada menos que el personaje de Tirant lo Blanc.

 

El Conqueridor, en un papel secundario.

 

 Peor suerte corrió Constanza de Aragón, criada en el monasterio de Sigena y casada con Emerico de Hungría, muerto poco después, al igual que su hijo Ladislau, de cinco años. Las otras dos son Violante de Hungría, casada con Jaume I (de ahí el citado retrato de Montpellier, que aunque ocupa un lugar estelar en la muestra, es sólo en condición de secundario), con quien tuvo diez hijos e introdujo un nuevo modelo de santidad aristocrática siguiendo el ejemplo de su hermana, Santa Isabel de Portugal; y María de Habsburgo, casada con Luis II de Hungría.