La vida a través de un caleidoscopio

Hace muchos años atrás coleccioné caleidoscopios. Me entró una pasión por aquellos tubos mágicos capaces de fragmentar la realidad en mil universos de colores. Algunos de ellos traen trozos de vidrios, otros tienen un líquido viscoso que generan un movimiento armonioso en las piezas, dando una sensación de estar en suspensión. Hay también los que permiten caleidoscopizar el entorno.  Y es así como un  un jardín de mimosas y violetas se multiplica y se refleja sobre si mismo una y mil veces.

Mi reencuentro con esto tubos transportadores a mundos increíbles  lo tuve hace pocas semanas  cuando, viajando por Arizona, camino a  Sedona, nos desviamos hacia Jerome (desvío sugerido por el baqueano que llevábamos a bordo, nuestro gran amigo Vladimiro M.). Este es un pueblo que se negó a morir: una vez dejada atrás la fortuna generada por la explotación de una mina de plata y cobre, Jerome persiste hoy en día, agarrado de las faldas de una montaña, como el que no quiere caer, mostrandole a los turistas sus viejos hoteles y bares de los que pareciera que en cualquier momento saldrá un pistolero o un sheriff mal encarado.

Hay muchas tiendas. Entre ellas salta a la vista Nelly Bly: Kaleidoscopes and Art Glass ( Mary Wills y Sally Dryer, 136 Main Street P.O. Box U, Jerome, Arizona 86331; Fax 00 1 928 634 32 01; mail@nbscopes.comhttp://nellieblyscopes.com/). Sus encantadoras dueñas se enorgullecen de decir que tienen la colección mas grande del mundo ( óigase bien ..) de …caleidoscopios.  Ante mi solicitud, me invitaron a tomar las fotos que quisiera….

Paredes de arenas y liquido que al voltearlas generaban paisajes lunares; un puñado de piezas de cristales multicolores transformado en segundos en un vitral de iglesia gótica; dos  libélulas de vidrio  multiplicabas en tubos de espejos que recordaban algún bosque mágico; rostros  centuplicados;…

Apoyé el lente de mi cámara en algunas de ellos. Era la sensación de estar entrando a hurtadillas en el túnel que trasporta a Alícia al país de las Maravillas ( la de Johnny Deep…).

Los había de todas las formas, tamaños y precios: desde el artefacto plástico hasta verdaderas esculturas. En una vitrina, pralines de cristal…

A la salida, un pequeño jardín de mimosas y violetas que se multiplica y se refleja sobre si mismo una y mil veces…