Lombardia, o la vuelta a casa

Siempre que voy al norte de Italia siento los ecos del retorno. Esa vuelta a la casa de la infancia, del lugar que no se olvida pero que está en la bruma de los recuerdos. En esta oportunidad, pasamos por Cremona, ciudad de violines y mostarda. La ruta invernal cruzando puentes sobre el Po se hacía fotogénica.

Llegamos a la Antica Corte Pallavicina, en Polesine Parmense. Un palacete convertido en relais, con señoriales habitaciones y un restaurant de una estrella Michelin. Sus dueños: los Spigaroli. Pasamos tres días mágicos bajo un manto de nieve, comiendo culatello y descubriendo la casa natal de Verdi.

Para volver…