Oo, que lago…

Fuimos a buscar un lago con un nombre muy peculiar: Oo. Primero encontramos un valle: El valle nos llevó a un bosque. El bosque  nos llevó a un puente. El puente a un refugio. El refugio al lago. Oo, que lago.

El tránsito fue por un sottobosco que invitaba a buscar hadas, algunas quizás disfrazadas de mariposas. Los helechos crecían bajo los pinos y los riachuelos recordaban que son pocas las nieves que resisten el sol de agosto. El represado lago de Oo tiene el color de los lagos de aguas de montaña, ese verde esmeralda tan único.

El Languedoc-Roussillon esta lleno de pastos con flores multicolores y muchas pero muchas vacas. Quizás por eso el  pic-nic   incluyó quesos de montaña.