Cuando las fotos de un viaje muestran el entorno del hotel o sus arreglos florales y algunas imágenes tomadas con el teléfono desde un taxi en movimiento entonces uno se percata que ha sido un viaje de trabajo y en muy pocos días.
Sin embargo, y a pesar de ello, creo que hay algunas imágenes que impactaron de esta ciudad asiática: el gris plomizo del cielo, típico de las metrópolis super pobladas. Podría casi decirse cuantos millones de habitantes tiene una ciudad tan sólo por ver el color del cielo. Seul compite con Tokio y Ciudad de México en número de habitantes. Supera los 24 millones.
Me impactó la elegancia de su gente, en especial, de las mujeres. Me encontraba en pleno distrito financiero.
La pulcritud de sus calles. Y, extrañamente, lo poco ruidosa que resultó ser. Hay muy pocos árboles. No escuché ningún pájaro cantar. Y sin embargo y a pesar del tamaño, encontré espacios públicos esparcidos acá y allá. Lugares para el sosiego que se alternaban con grandes áreas de dedicadas a l comercio, como el Technomart, que alberga 6 pisos miles de tiendas dedicadas al negocio de la fotografía.
El río Han corta la ciudad en dos. En cada orilla hay miles de edificios idénticos. Para alcanzar la otra orilla hay numerosos puentes modernos. Todos se pueden cruzar.
Falta un solo gran puente: el que una al Sur con el Norte. No existe. Es demasiado doloroso hablar de ello.