A Gisela y José
QEPD
Hace algunos años volvimos al Camino de Santiago, esta vez para recorrer una parte a pie. Pasamos por Santo Domingo de la Calzada. Coloqué una foto de su catedral en mi muro de FB. Uno de los comentarios fue de Gisela, que me hacía saber que la Rioja sería su lugar de retiro, en el pueblo de su amado compañero José. Se refería a Haro, una bella y elegante localidad riojana muy cercana a Santo Domingo, llena de gente tranquila y gentil. Ciudad que no conocimos hasta hace unos pocos días atrás.
Nuestro paso por Haro, sin embargo, fue para dejar en ella las cenizas de estos dos seres extraordinarios, fallecidos en circunstancias absurdas junto a otros dos miembros de la familia de Gisela- su madre y uno de sus hermanos. Nos encontramos en esta ciudad a un hermoso grupo de personas que intentaron arropar por unas cuantas horas a los padres de José, quebrados por el dolor. Faltaba Ramón, el hermano de Gisela, a quien seguramente hubiésemos arropado con nuestros abrazos.
Llegamos directamente al cementerio, en una fría mañana cubierta de neblina y tristeza. Las cenizas de ambos fueron depositadas tras un acto sencillo y sentido y quedaron cubiertas de lágrimas y rosas.
Caminar por las calles de Haro y regresar a Santo Domingo nos permitieron reencontrar las huellas trazadas por Gisela y José. A cada paso, los familiares y amigos del lugar nos apuntaban la calle por donde habían caminado, el restaurante donde habían comido, los amigos con los que habían compartido…Cada paso nuestro se insertaba en improntas previamente trazadas por Gisela y José para que Haro quedara definitivamente marcada en nuestros corazones.