Zurich y el kimchi

La alemanófila Zurich está siempre impecable. En su perfección, hay siempre un detalle que delata que es humana. El clima oscila de la lluvia insistente al sol brillante en un mismo día. En un rinconcito, cerca del hotel, descubro un minúsculo jardín botánico con un museo aún mas pequeño, con unas exposiciones casi de colegio. Pero en su tienda descubro unos frascos que me recuerdan las vasijas para fermentar kimchi. La amable vendedora me confirma que en efecto son una versión en miniatura que se vendieron para una pequeña muestra sobre este repollo coreano. Salgo con mi bolsita con 6 vasijas, para servir en casa con mi propia producción. Entonces, recordaré el rociador del jardín que me envolvió en una nube de gotas.